jueves 5 de diciembre de 2013
Qué nos dicen la pruebas PISA*
Hoy se publicaron los resultados de la prueba PISA 2012, la evaluación más conocida del mundo de aprendizajes de los alumnos de 15 años de edad que toma la OCDE. Dos aclaraciones iniciales para quienes hacen ejercicios dogmáticos o inexpertos del tema.
Uno: nadie que lea los 4 tomos enteros de la prueba puede decir que no sirven para nada. Contienen información muy rica sobre los sistemas educativos de los países, la oferta estatal y privada, las condiciones de aprendizaje, los docentes y muchas otras cosas.
Dos: nadie que lea los ránkings puede decir de forma simplista que Argentina figura en X posición entre X países. La prueba se toma a todos los países desarrollados y unos pocos otros, con lo cual estar abajo en el ranking dice muy poco. Imaginemos si participasen solo los 60 países más pobres del mundo y Argentina, ¿nos atreveríamos a decir que somos los mejores del mundo si salimos primeros? Todo depende de qué selección de países se compare, por eso el ránking es mentiroso.
La comparación que sí es válida es entre países de América Latina. ¿Qué nos muestran las pruebas? Entre 2000 y 2012 Argentina se mantiene estable en sus resultados. Bajó levemente en comprensión lectora, mejoró en ciencias y se mantuvo igual en matemáticas. Otros países mejoraron: Chile y Perú fuerte en todas las áreas, Brasil en matemáticas y ciencias, México en matemáticas, Colombia más levemente. Uruguay fue en dirección contraria y empeoró en todas las áreas.
Siguiendo la trayectoria de Argentina vemos un correlato muy estrecho con la situación económica y social del país: entre 2000 y 2006 Argentina bajó fuerte en PISA junto con la devastadora crisis social; entre 2006 y 2009 mejoró mucho, al igual que la economía; entre 2009 y 2012 hubo estancamiento, también siguiendo a la situación económica.
En conjunto, para el año 2012 había países de la región que lograban mejores resultados en las pruebas que Argentina. Costa Rica y Chile son los más altos, México y Uruguay vienen después. Argentina está en el bloque de Brasil y Colombia y Perú viene un poquito más abajo.
¿Qué quiere decir esto? No tanto como muchas veces se presume. Las pruebas esconden muchas cosas. Por ejemplo, la práctica que tienen Chile y otros países cuyos alumnos están muy acostumbrados a contestar pruebas o cuyos docentes enseñan para la prueba. Esto esconde todo lo que las pruebas no toman: cuestiones culturales, valores, ciudadanía, artes, deportes, lenguas extranjeras, etc. O esconden otras formas de aprendizaje no contempladas en PISA. Las pruebas son una medida necesaria pero no son el espejo de un sistema educativo.
Los resultados nos dicen mucho. Nos muestran las deudas pendientes de nuestras pedagogías, de nuestras concepciones de la enseñanza, los problemas en las aulas y en la vida social que rodea las escuelas. Nos dicen que hay mucho por hacer en las pedagogías y en las políticas educativas. Nos dicen que hay una gran proporción de alumnos que no podrá vencer las adversidades de sus contextos social, que su derecho a aprendizajes valiosos está lejos de conseguirse.
Necesitamos una discusión rigurosa, honesta y con muchas miradas. No solo con PISA, también con las miradas de los alumnos, los docentes, los territorios diversos del país. No una discusión de titulares de diarios, simplificada o embargada en un espíritu de guerra política. Las pruebas PISA son antes que nada una oportunidad para elevar el nivel del debate educativo. Es en la dignidad de los diagnósticos serios que podremos salir adelante. No denigrando a los docentes y las escuelas, sino confiando en ellas y apoyándolos.
*Nota escrita por Axel Rivas, Investigador principal del Programa de Educación de CIPPEC, publicada en Clarín el 3/12/2013.
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