jueves 17 de febrero de 2011
Polémica curricular en provincia de Buenos Aires
Una nota de ayer en Clarín disparó una polémica acerca de la enseñanza de las ciencias sociales. La crítica, por parte del periodista Miguel Wiñazki, indica que los escraches y los piquetes son "convalidados" por un documento curricular de la provincia de Buenos Aires, titulado “Política y ciudadanía, para 5° año de las escuelas secundarias”. La crítica tuvo, a su vez, mucha repercusión en otros medios:
Escraches: defienden que se estudie en secundarias, por Fabián Debesa
La Nación: Revuelos por incluir el escrache en los programas de escuelas bonaerenses
Tiempo Argentino: Oporto ratificó que los escraches serán estudiados en las escuelas secundarias
Más repercusiones en Tiempo Argentino
Como siempre, para evitar las polémicas de a oídas y las opiniones triviales, es recomendable ir directamente a la fuente.
El análisis global del documento permite discernir de qué formas es tratada la participación política en el contexto completo del texto. El documento analiza la complejidad de la participación política a partir de una visión superadora de las estáticas perspectivas tradicionales, que se centraban en aspectos formales de las constituciones sin abordar las diversas formas de ejercicio del poder en los sistemas políticos. En el texto, las visiones jurídicas, monocausales y lineales de estudio de la Educación Cívica son redefinidas a partir de diversos autores que expresan la tradición del pensamiento crítico en ciencias sociales. En ese contexto resulta lógico estudiar diversas formas de manifestación política, que en ningún momento el documento juzga como positivas o recomendables, así como los contenidos curriculares analizan diversos acontecimientos y procesos sociales -buenos, perversos, complejos, tan variados como la historia social misma.
Es razonable pensar que los intentos de llevar a la práctica un pensamiento crítico en las escuelas sean resistidos por distintos actores sociales. Las conquistas del derecho a la educación, en el acceso a la escuela, en el acceso al aprendizaje y en el acceso a concepciones críticas de las ciencias sociales son caminos difíciles de transitar, llenos de obstáculos e intereses. Ojalá eso no impida que el documento se difunda y se trabaje en las escuelas.
Ana María Fernandez
miércoles 2 de marzo de 2011
Con la mano nunca se pudo tapar el sol. Los escraches, los graftis y o cualquier otra forma de expresión que se dan los pueblos son realidades que no se pueden negar, pero que sí se pueden y se deben analizar, debatir, criticar o elogiar, según el parecer de cada cual. Es infantil pensar que el escrache, como parte de una materia curricular, lleve implicito un "curso acelerado de como hacer un escrahe", genera verguenza ajena el posicionamiento de los detractores.