lunes 23 de mayo de 2011
Paradojas de la calidad educativa
Los datos de las evaluaciones de la calidad educativa son crecientes protagonistas de los debates de política educativa. A veces son endiosados como cifras de una verdad indisputable que asigna culpas, otras veces son ignorados como si la educación fuese solamente un arte a intuir.
En Chile las pruebas SIMCE son censales y ofrecen información pública sobre el resultado de cada escuela, formando rankings de escuelas y colonizando las discusiones educativas. Pero aún así, las percepciones sociales y los indicadores de las pruebas no necesariamente van de la mano.
La última encuesta educativa, que se realiza todos los años por el CIDE y la Universidad Hurtado, muestra que los directores de escuela, los docentes, los alumnos y los padres coinciden abrumadoramente que la calidad educativa cayó fuertemente en Chile en 2006 frente al año 2000.
Llamativamente estas visiones contradicen lo que las pruebas PISA a nivel internacional señalan. Como puede verse en el siguiente gráfico, entre 2000 y 2006 de los 36 países participantes, Chile fue el que más incrementó sus resultados de aprendizaje en comprensión lectora.
¿Qué miden las encuestas de opinión? ¿Qué miden las pruebas de aprendizaje? No necesariamente los datos cuantitativos son verdades absolutas. Las percepciones de la calidad nos dicen muchas cosas, quizás que no sólo importan los aprendizajes medibles en lengua y matemática, que hay otras cosas que ocurren en las escuelas. Pero también nos un sesgo en la propia metodología de las encuestas, que tiende hacia una cierta queja permanente contra la educación que no refleja lo que pasa en las aulas, como nos ayudan a ver las pruebas de aprendizajes.
Nuestras miradas de la calidad educativa deben profundizarse y ampliarse. No alcanzan las pruebas ni las encuestas, pero necesitamos de ellas, como también necesitamos de nuevos instrumentos y formas de calificar lo que ocurre en las escuelas, que es cada día más variado y complejo de medir.
Alberto Christin
miércoles 1 de junio de 2011
En Chile existe una notable preocupación por este tipo de evaluaciones, que contrasta con la indiferencia en Argentina. La preocupación chilena se debe a que esas pruebas sirven para obtener algo, para acreditar, y eso deforma hasta la propia enseñanza, y paradógicamente altera los resultados de las evaluaciones.
Esa "inflación" de resultados, conocida como "efecto evaluación" nos hace cuestionar hasta los resultados del "rendimiento académico", que es lo que miden estas pruebas.
De todos modos, los resultados que obtienen son estadísticamente inferiores a la casi totalidad de los paises fuera de América Latina.
Lo cierto es que en Chile tampoco la Educación es considerada socialmente prioritaria
http://www.evaluacion.edusanluis.com.ar/