miércoles 1 de diciembre de 2010

La enseñanza en el centro de la política educativa

Como lo anunciamos la semana pasada, este lunes 29 de noviembre se dio a conocer un documento  sobre política educativa titulado Cómo los mejores sistemas educativos del mundo siguen mejorando, que tendrá fuertes repercusiones en el mundo entero y arroja lecciones para la mejora educativa en la Argentina (ver resumen en castellano).

 

Basado en los datos de PISA y en más de 200 entrevistas con funcionarios, el estudio se pregunta sobre las políticas implementadas por 20 países que, desde diversos puntos de partida, alcanzaron mejoras sostenidas en el nivel y la equidad de los aprendizajes de los alumnos durante las últimas décadas.

 

La conclusión central del estudio arroja una lección importante para pensar el futuro de la educación en la Argentina: el trabajo concluye categóricamente que la clave de los avances en los resultados de los países analizados radica en la mejora de la enseñanza. Así, frente a las políticas centradas en la organización o los recursos del sistema educativo, el estudio revela que la capacidad de los docentes para lograr que todos los alumnos aprendan es un factor crucial.

 

Por este motivo, el fortalecimiento de la formación de los docentes y la preparación especializada de los directores para la conducción de las escuelas se tornan políticas prioritarias. En cambio, la manera de incidir sobre la enseñanza de los docentes en ejercicio varía según los puntos de partida de los países. Aquellos que parten de un desempeño “pobre” –situación en la que se encuentra la Argentina- tienden a desarrollar intervenciones prescriptivas para orientar a los docentes. Al contrario, los países con desempeño “bueno” o más estimulan la creatividad de los docentes a través de la colaboración y el seguimiento recíproco entre ellos.

 

La Argentina ha dado ciertos pasos en los años recientes para la mejora de la formación docente, extendiendo el período de formación de 3 a 4 años y creando el Instituto Nacional de Formación Docente (INFOD), que ha procurado fortalecer las políticas provinciales en la materia. Restan, sin embargo, importantes desafíos tanto para una mejora sustantiva de la preparación de los futuros docentes como para precisar las estrategias para afectar los modos en que se enseña y aprende en las aulas.

 

De no lograr transformaciones en este carozo duro que hace al objetivo último del sistema educativo, será difícil que la Argentina se encuentre en una situación más favorable en el panorama regional y mundial de aquí a una década.

 

 

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