En Brasil, una comisión especial encargada de elaborar un Plan de Educación Nacional para los próximos 10 años, acordó fijar la meta de invertir anualmente en educación el 10 % del Producto Bruto Interno (PBI). El gobierno brasilero aceptó el compromiso y propuso aumentar la inversión desde el 5% actual al 7% en 5 años, y al 10% en 10 años.

La propuesta ya fue aprobada por la Cámara de Diputados y ahora debe seguir su curso legislativo. Además, se planteó la necesidad de mejorar los salarios docentes hasta igualar los de otros rubros con formación profesional equivalente.

Esta propuesta implicaría duplicar la inversión actual en educación y, de lograrse, ubicaría al país entre los que más recursos destinan al sector con relación a su PBI. Actualmente solo Cuba y Timor Oriental superan ese porcentaje de inversión.

Ante una meta tan ambiciosa, surge el interrogante de si Brasil podrá cumplirla, sobre todo si se considera que el gobierno no prevé aplicar metas intermedias para cada año ni sanciones en caso de incumplimiento, instrumentos que resultan de vital importancia para favorecer el cumplimiento de las metas, tal como sucedió en el caso argentino.