Ayer, 22 de diciembre, asistimos a una reunión en el CEMUPRO (Centro de Estudios Municipales y Provinciales) con la ministra de Educación de Santa Fe, Elida Rasino, que nos relató la experiencia luego de tres años de política educativa del primer gobierno provincial socialista de la historia argentina.

En su relato sobresalen dos ejes centrales de la visión y los avances de política educativa de la gestión en marcha.

En primer lugar, un eje transversal ha sido potenciar el vínculo del Estado con los docentes. La ministra destacó su visión de la política educativa, basada en la interacción y apropiación por parte de los docentes. Los concursos masivos, la capacitación gratuita, la desburocratización de los trámites, el diálogo por distintas vías son expresiones de este acercamiento. Basta ver la página de inicio del Ministerio de Educación de Santa Fe para encontrar una gran cantidad de políticas destinadas al fortalecimiento de los docentes.

En segundo lugar, la política educativa santafesina escapa a los moldes incrementalistas que ofrecen más acceso sin repensar el formato escolar. Sin dejar de lado un notable esfuerzo por la inclusión educativa, en el eje central del relato de gestión de la ministra aparecen numerosos replanteos de los modelos tradicionales de enseñanza. Esto se expresa en programas que promueven coros y ensambles musicales en un gran número de escuelas; proyectos innovadores con los jóvenes; clases en formato digital; e incluso la construcción de edificios escolar con patios pequeños para cada aula donde abrir literalmente los espacios de juego e interacción pedagógica.

Una política específica ata los dos ejes y muestra la mirada integral de la gestión. Se trata de la reforma curricular de la formación docente, que incrementó las horas totales de cursada e impulsó, entre otras cosas, la creación de tres espacios curriculares nuevos:

1. “Movimiento y cuerpo”: un curso durante dos años de formación que trabaja la expresividad corporal, la voz, la entonación, la “puesta en escena” de la pedagogía.

2. “Talleres de producción pedagógica”: donde se trabaja en conjunto con docentes de distintos niveles problemas de enseñanza y aprendizaje concretos, una especie de “clínica docente”.

3. “Itinerario por el mundo de la cultura”: los aspirantes a docentes deben realizar talleres optativos que dictan diversas organizaciones culturales y movimientos artísticos (visitas a museos, clases de música, talleres de comunidades de distintos países, etc.).

Es fascinante ver una gestión que mezcla la racionalidad del realismo político que implica administrar el Estado con una visión profunda de los sujetos sociales y pedagógicos. En la ministra se denota mucha experiencia de territorio (ha sido docente durante muchos años) y una cosmovisión fresca, renovadora del lenguaje y de la acción de la política educativa, que no cae en lugares comunes. El destino de este proceso es una incógnita a la distancia, pero no hay dudas que en Santa Fe la política educativa está en movimiento.