lunes 2 de mayo de 2011
Los afectos en la enseñanza y la política educativa
Un libro sobre el amor y los afectos en la enseñanza no presenta a priori lazo alguno con las preocupaciones de la política educativa. La intimidad de las emociones parece refractaria a las macro decisiones. Y, sin embargo, la política educativa tiene mucho que aprender del libro publicado el año pasado por Ana Abramowski: Maneras de querer. Los afectos docentes en las relaciones pedagógicas (Buenos Aires: Paidós, 2010)*.
A través de una argumentación que lleva al lector de las narices, cargado de buenas preguntas, apoyado en entrevistas con docentes y nutrido por pertinentes referencias teóricas, el libro indaga a fondo la cuestión de la afectividad docente, desnaturalizando axiomas fuertemente instalados en el sistema educativo. La autora pone en duda, por ejemplo, si el cariño por el alumno es indispensable en la relación pedagógica, si el amor puede ser sucedáneo de la autoridad, si la “contención” de los “débiles” habilita la construcción de vínculos de reconocimiento y respeto mutuo, o si la psicologización de las relaciones pedagógicas permite establecer criterios comunes de justicia.
Conocer mejor los discursos y usos de los sentimientos en la enseñanza no supone un intento de domesticación. Pero una política preocupada por afectar las relaciones del saber en el aula no puede desentenderse de esta importante dimensión pedagógica, menos aún en una época de expansión del individuo y su subjetividad. Conocer mejor esos sentimientos permitiría, en todo caso, clarificar cuáles de ellos son importantes para el aprendizaje y la construcción subjetiva de los alumnos y cuáles otros sería mejor deconstruir si es que buscamos una mejor educación para todos.
*Aquí podrá acceder a una entrevista con la autora.
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