lunes 4 de abril de 2011
Crucifijos en las escuelas públicas
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos fijó una nueva sentencia la semana pasada que permite la presencia de crucifijos en las aulas de las escuelas públicas. La decisión revoca una sentencia en sentido contrario de noviembre de 2009. La sentencia establece que los crucifijos no violan el derecho a la educación y la libertad de pensamiento y religión.
Según la sentencia, "un crucifijo colgado de una pared es un símbolo esencialmente pasivo, cuya influencia sobre los alumnos no puede ser comparada a un discurso didáctico o a la participación en actividades religiosas".
La decisión parte de un caso individual, donde una madre de una escuela pública italiana reclamó en 2006 por la influencia religiosa sesgada que imponía la escuela a su hijo con la presencia de crucifijos en las aulas.
La nueva sentencia fue votada por 15 de los 17 jueces del Tribunal.
La defensa de la demandante argumentó que la presencia de los crucifijos en las escuelas públicas italianas suponía "la tiranía de la mayoría, que no protege a las minorías".
En Argentina es muy común, especialmente en las provincias con mayor tradición católica, ver crucifijos en las aulas y en las oficinas de los ministerios de Educación. Además algunas provincias garantizan constitucionalmente que la educación pública tenga un carácter confesional católico.
¿Cuál es el límite que debería establecerse entre la educación laica y las influencias religiosas dentro de las aulas? ¿Qué debe hacer la política educativa en estos casos, antes de llegar incluso a la judicialización?
Ankh
lunes 4 de abril de 2011
Si lo que se busca es el respeto a las cuestionen religiosas, se debría colocar en cada aula un símbolo religioso de cada uno. No veo por qué la Iglesia Católica tendría que tener privilegio. Eso sí es irrespetuoso y pareciera colocar esta religión en un lugar más importante que cualquier otra creencia. Entonces sí estaría jugando un papel de influencia sobre los alumnos.
Marcelo
martes 5 de abril de 2011
Creo que hay un error material importante al decir que un crucifijo representa a la Iglesia Católica, cuando en realidad incluye a toda iglesia cristiana, sea católica, protestante, ortodoxa o anglicana. Después podríamos debatir si la ausencia de cualquier signo religioso no importa una negación de la idea de trascendencia o la explicitación de un laicismo o ateísmo.
Ankh
martes 5 de abril de 2011
Obviando ese error de mi parte, creo que dejé en claro mi postura de que un símbolo religioso no debería ser más importante que otro. Si lo que se busca es el respeto a las creencias (o no creencias) ajenas, no veo por qué el crucifijo debería tener privilegio. Y en todo caso, dependiendo del país del que hablemos, la separación Iglesia-Estado y/o la postura de una educación laica debería ser respetada.
Así como la ausencia de un crucifijo pudiera transmitir la idea de lacismo o ateísmo, un crucifijo claramente apoya a la religión cristiana. La escuela no es lugar para enseñar o demostrar postura religiosa alguna. Obviamente se debe enseñar el respeto por todas las creencias, y precisamente vuelvo a mi punto inicial de que un crucifijo en las aulas es contrario a esta idea de tolerancia.
Claudio Barbero
martes 19 de abril de 2011
En nuestro país es histórica la novela escolar relacionada con la presencia/no presencia de lo religioso (claro, considerando en este caso lo "religioso" como lo "católico", ya que las demás disputas en las que aparezcan cuestiones de otras religiones no parecieran generan tensiones públicas de envergadura). Más aún, para peor, la temática se suele plantear dicotómica católicocéntrica (esto está documentado): ¿estás a favor o en contra de...? (y en los suspensivos ubiquen el tópico que quieran: anticonceptivos, educación sexual, simbolos religiosos, familia bien constituída, promiscuidad, autanasia, y seguiríamos sin fin). Y la tensión se instala a favor de lo religioso, aunque -de hecho- se resuelva cada coyuntura en su contra. Estimo que un aporte sano podría venir a tensionar la misma tensión: ¿es real? ¿es allí donde está la verdadera cuestión a resolver? casi un plebiscito religioso. También está documentado esto en nuestra historia nacional (permítaseme el término nacional). Sugiero instalar la tensión en un nivel más descriptivo, menos funcional a la "religión": veamos qué sucede, tratemos de dar cuenta de porqué los hombres hacemos lo que hacemos, acordemos nociones de la cosa pública, argumentemos por las consecuencias (no por datos históricos inamovibles que parecen condenar a los pueblos a lo que "han venido siendo siempre")...alejemos a nuestros estudiantes de las falsas (o al menos arbitrarias) disyuntivas. Hablemos de lo sano/nocivo que puede ser un marco ideológico. Hablemos de la dimensión performativa de lo simbólico. Hablemos y ayudemos a hablar... Y veremos que quizás la presencia de un pequeño crucifijo (puesto en alto), no resulta un detalle decorativo inocuo...
MARIA INES
miércoles 20 de abril de 2011
En las Escuelas pùblicas no deben existir sìmbolos religiosos. Para eso estàn las escuelas privadas confesionales. Es màs, nuestro paìs deberìa avanzar en la legislación para separar definitivamente a la Iglesia del Estado.
Víctor Alberto Limoli
miércoles 19 de octubre de 2011
Creo que tampoco debería haber simbología ideológica o política y, sin embargo, basta mirar las paredes externas e internas, pasillos, espacios áulicos y administrativos, baños, etc para darse cuenta que "HAY DE TODO", fundamentalmente mucha "SUCIEDAD", de todo tipo.