La principal política educativa del nuevo gobierno chileno, encabezado por el presidente Sebastián Piñera, es la creación de 50 liceos de excelencia educativa, que copien el modelo del Instituto Nacional (un modelo similar al de los colegios secundarios universitarios en la Argentina, con un sistema de selección basado en un examen de ingreso).  

Se trata de una política que ha generado polémica porque despierta cierta adhesión popular, pero fuertes críticas de buena parte de los especialistas educativos. El principal cuestionamiento al proyecto es que tiende a profundizar la segregación educativa existente en el sistema educativo chileno, basado en las reglas del mercado y en la libre elección de las familias.

Los 50 liceos apenas abarcarían al 3% de los alumnos y estarían basados en fuertes sistemas de selección, cuya lógica tiende a excluir a aquellos que no tienen los recursos ni el capital cultural para preparar exámenes rigurosos de ingreso en el nivel secundario. Además, podrían "tomar" a los mejores docentes de otras escuelas, concentrando en una elite la enseñanza de mayor calidad. 

Consulte la defensa oficial del proyecto por parte del ministro de Educación Joaquín Lavín, autor del libro Una revolución silenciosa en defensa del gobierno del dictador Augusto Pinochet). 

Aquí pueden verse las críticas de especialistas como Juan Eduardo García Huidobro, Fernando Atria y de la oposición política al gobierno chileno.

Un dato de color: al entrar en el sitio del Instituto Nacional se puede apreciar el tono elitista de la institución en la música que han elegido para los que ingresan en la página. "La gloria de los elegidos" parece aguardar a los que pasan el selectivo examen de ingreso.